CONCLUSIONES
El ser humano, como especie evolucionada y capaz; ha buscado desde los propios orígenes del pensamiento, las formas de aprendizaje y enseñanza más adecuadas, que le permitieran, no sólo la transferencia de conocimientos per se; sino también el poder garantizar su propia subsistencia y las de las generaciones futuras.
Desde los enunciados y prácticas socráticas – mayéutica; pasando por el variado análisis y desarrollo de teorías de aprendizaje durante el siglo XX; hasta llegar a los procesos de aprendizaje en la era digital; la sociedad humana, está en un aprendizaje continuo; dónde la búsqueda del conocimiento es permanente y las teorías vistas en este espacio; sirven no sólo como base para el proceso de enseñanza en la práctica docente; sino que contribuyen al entendimiento de las formas de aprendizaje actual; sirviendo inclusive como base, a los procesos de enseñanza-aprendizaje de máquinas y la inteligencia artificial.
Las Teorías del aprendizaje surgieron ante la necesidad de entender cuál es la manera más efectiva en que aprende el ser humano y con ello mejorar los procesos de enseñanza; por lo que son la columna vertebral del proceso de enseñanza-aprendizaje. Como futuros docentes universitarios, es de vital importancia, incorporar estos conceptos, como parte de nuestras competencias y conocimiento; así como conocer, diferenciar e identificar las mejores prácticas de estos postulados; para la selección de los procesos de enseñanza y contenido; así como de evaluación del rendimiento estudiantil; en cualesquiera de las modalidades actuales, bien sea presencial o virtual.
Las teorías del aprendizaje se centran en estudiar, investigar y aplicar estrategias para llevar a cabo métodos de aprendizaje eficaces; las cuales se han desarrollado con base en cuatro principios, como lo son: conducta (comportamiento); las emociones (reacciones, experiencias); la mente (proceso interno); y la sociedad (influencia externa, social). Al compararlas, encontramos que si bien estas teorías se basan en supuestos, con algunas limitaciones o sesgos; es indudable su contribución para explicar, cómo actúa la mente en el proceso del aprendizaje y cómo influye el entorno y las emociones, entre otros conceptos.
En la actualidad, el nuevo espacio y desarrollo del conocimiento, sumado a la velocidad de los cambios, la innovación y la interconexión global; conllevan a una nueva interrelación y/o reorientación de la educación; donde el proceso enseñanza-aprendizaje, sigue siendo el centro medular de este proceso. Investigaciones más avanzadas que abarcan desde el comportamiento cerebral, llegando a las teorías de aprendizaje neuronal, aprendizaje de máquinas e inteligencia artificial, son conceptos con los que debemos familiarizarnos en nuestro espectro como futuros docentes; si pretendemos contribuir de una forma mucho más amplia e inclusiva, en las dinámicas de enseñanzas actuales y en los diferentes niveles educativos, locales y globales.
